PilarAlhambra
  EL MISTERIOSO MUNDO DEL SUEÑO
 



Para algunas personas, dormir es una pérdida de tiempo. Prefieren tener una agenda repleta de compromisos empresariales y sociales, y se entregan al sueño solo cuando están completamente agotadas. En cambio, otras —que pasan noche tras noche en vela dando vueltas en la cama hasta la madrugada— darían lo que fuera por dormir bien.

¿A qué se debe que a algunos les cueste tanto dormir, mientras que a otros les obsesiona seguir despiertos? ¿Es el sueño un lujo, o una necesidad? Para responder a estas preguntas, primero debemos entender lo que ocurre cuando dormimos.

 



¿Qué sucede a medida que descendemos al misterioso mundo del sueño?


El sueño es el “Principal nutridor” de la naturaleza
Como a las dos horas de habernos dormido, nuestros ojos comienzan a moverse rápidamente de un lado a otro. Este fenómeno llevó a los científicos a dividir el sueño en dos estados básicos: el sueño paradójico, o de movimientos oculares rápidos (MOR, más conocido por sus siglas en inglés, REM), y el sueño NREM (sin movimientos oculares rápidos). El estado NREM puede subdividirse en cuatro fases, en las que el sueño es cada vez más profundo. En una noche de descanso, el sueño REM tiene lugar varias veces, alternándose con el sueño NREM.



Los sueños suelen aparecer en la fase REM, cuando el cuerpo también alcanza el máximo nivel de relajación muscular, lo que nos hace despertar con la sensación de haber descansado. Además, algunos investigadores creen que durante este período, la información recién adquirida se consolida en nuestra memoria a largo plazo.

Durante el sueño profundo (fases 3 y 4 del sueño NREM), la tensión arterial y la frecuencia cardiaca descienden al nivel más bajo, lo que además de permitir que el sistema circulatorio descanse, previene contra las afecciones cardiovasculares. En cambio, la producción de la hormona del crecimiento alcanza su nivel más alto. De hecho, algunos adolescentes producen una cantidad cincuenta veces mayor de esta hormona por la noche que por el día.

El sueño también parece repercutir en el apetito. Los científicos han descubierto que el sueño es, en palabras de Shakespeare, el “principal nutridor en el festín de la vida”. Nuestro cerebro interpreta la falta de sueño como falta de alimento. Al dormir, el organismo segrega leptina, la hormona que normalmente comunica al cuerpo que hemos comido lo suficiente. Cuando nos quedamos despiertos más tiempo del debido, nuestro cuerpo produce menos leptina y por tanto siente la necesidad de ingerir cada vez más carbohidratos. De modo que privarse de dormir puede hacer que se consuman más carbohidratos, lo que a su vez contribuye a la obesidad


 

 

 

Hasta la primera mitad de nuestro siglo, se pensaba que el sueño era un proceso pasivo producido por una disminución de la actividad cerebral. Hoy en día sabemos que el sueño es un proceso activo durante el cual disminuye la temperatura corporal, baja la tensión arterial y la frecuencia cardiaca entre otras funciones pero durante el cual el cerebro "trabaja" y en ocasiones es difícil de dominar.

Durante las 8 horas de sueño nocturno el ser humano alterna entre dos estadios diferentes llamados sueño REM y sueño NREM que se alternan en ciclos de duración entre 90 y 120 minutos. Una noche típica tiene entre 4 y 5 ciclos. Cada ser humano, desde la más corta edad, posee un ciclo de sueño específico como tiene unas huellas dactilares específicas.

Sueño en Fase NREM: Comprende a su vez varios estados.
Estado 1: Es un sueño  superficial, tenemos fácil despertar,  los ojos se mueven lentamente por debajo de los párpados cerrados  y mantenemos una  respiración calmada y una frecuencia cardiaca lenta. Existen algunos movimientos groseros en busca de posiciones cómodas. La situación todavía se relaciona con los problemas diurnos. Después de 10 minutos en este sueño no se recuerda lo que se ha escuchado, leído o preguntado justamente antes de dormirse.

Estado 2: El sueño profundo. Se caracteriza por ondas cerebrales típicas con los llamados complejos K. Ausencia de movimientos oculares. Frecuencia Cardiaca lenta con alguna arritmia. Los sueños son raros y no se suelen recordar.

Estado 3-4: Sueño muy profundo.
 En este sueño hay  presencia de ondas delta cerebrales. Ausencia de movimientos oculares, frecuencia Cardiaca y Frecuencia Respiratoria muy lenta. Ausencia de sueños.

Y el sueño en fase REM:
También llamado sueño paradójico. Presencia de movimientos rápidos de los ojos . La Frecuencia cardiaca y la respiración son irregulares. El cuerpo está paralizado a excepción de pequeños músculos periféricos y pequeñas sacudidas. Presencia de sueños emocionales activos y  sucede al final de la noche.
En los diferentes estados no sólo se producen cambios respiratorios, cerebrales o cardiacos si no todo un complejo reajuste de nuestro sistema biológico.

Una pequeña estructura del cerebro, llamada núcleo supraquiasmático, sensible a la presencia o ausencia de luz determina la presencia del llamado ritmo circadiano o reloj biológico que dura alrededor de 24 horas que hace que el sueño y la vigilia se alternen durante el día y la noche. Cuanto más tiempo está una persona despierta mayor es su necesidad de sueño, de forma que la necesidad de dormir se acumula durante la vigilia.

¿Para qué es necesario el sueño?

El sueño tiene dos funciones fundamentales:
· Restauradora: el sueño permite a nuestro cuerpo recuperar energía e integrar la nueva información.
· Adaptativa: la cantidad y calidad de sueño es directamente proporcional a la calidad de vida.

 

 

 

Los misterios del sueño
Todavía se desconoce el mecanismo preciso mediante el que se pierde la conciencia y se inicia el sueño. Lo que sí ha comprobado la ciencia es que el sueño es un complejo proceso regulado por el cerebro y que obedece a un reloj biológico con un ciclo de veinticuatro horas.

Al ir pasando los años, los patrones de sueño cambian. Los recién nacidos duermen períodos cortos pero frecuentes que llegan a sumar dieciocho horas al día. Según los especialistas del sueño, mientras que algunos adultos parecen tener suficiente con tres horas de descanso diarias, otros necesitan dormir hasta diez horas.

Ciertas investigaciones recientes también han demostrado que las variaciones de nuestro reloj biológico aclaran por qué a algunos adolescentes les cuesta tanto levantarse por la mañana. Al parecer, el reloj biológico se adelanta durante la pubertad, razón por la cual muchos jóvenes quieren acostarse más tarde y levantarse también más tarde. Este atraso en el patrón de sueño es común y tiende a desaparecer a partir de los 16 años.

A nuestro reloj biológico lo regulan ciertas sustancias químicas, muchas de las cuales ya se han identificado. Una de ellas es la melatonina, hormona que el cerebro produce y que, según se cree, induce al sueño. Algunos científicos opinan que es la causante de la desaceleración del metabolismo que tiene lugar antes de dormirnos. Cuando se libera melatonina, disminuyen tanto la temperatura corporal como el riego sanguíneo del cerebro, y los músculos pierden poco a poco su tonicidad y se vuelven flácidos.

 

 

 

 

 

La Siesta
¿Ha sentido alguna vez un sopor incontrolable después de comer? Tal sensación no siempre es un indicio de que le falten horas de sueño. Es normal sentirse algo somnoliento a primeras horas de la tarde, cuando la temperatura corporal desciende. Los científicos han descubierto recientemente una proteína producida en el cerebro —la hipocretina (también llamada orexina)— que nos ayuda a permanecer despiertos. Ahora bien, ¿qué relación hay entre la hipocretina y el que hayamos ingerido alimentos?

Pues bien, cuando comemos, el organismo libera leptina, una hormona que nos avisa de que estamos saciados. Pero esta inhibe la producción de hipocretina. En otras palabras, cuanta más leptina hay en el cerebro, menor es la secreción de hipocretina y, por tanto, mayor es la sensación de somnolencia. Tal vez este sea el motivo por el que en muchos países la gente acostumbra a echarse la siesta, haciendo una pausa en la jornada laboral para dormir un poco después de comer.


Esencial para la salud
Pero eso no es todo. El sueño facilita a nuestro cuerpo la tarea de metabolizar los radicales libres, moléculas que, según se cree, repercuten en el envejecimiento celular. En un reciente estudio, la Universidad de Chicago seleccionó a once jóvenes sanos y solo les permitió dormir un máximo de cuatro horas diarias durante seis días. Al finalizar este plazo, el rendimiento de sus células era semejante al de personas de 60 años, y su nivel de insulina, comparable al de un diabético.

La carencia de sueño también limita la producción de leucocitos y de una hormona llamada cortisol, lo que hace a la persona más propensa a infecciones y a enfermedades cardiovasculares.

Está claro que dormir es esencial para la salud física y mental. El investigador Dement, fundador del primer centro de estudio del sueño, en la Universidad de Stanford (EE.UU.), opina que “el sueño parece ser el mejor indicador del tiempo que vivirá una persona”. Y la inestigadora Suchecki, de un centro de estudio del sueño con sede en (Brasil), dice: “Si la gente supiera lo que le ocurre a un organismo privado de sueño, se lo pensaría bien antes de afirmar que dormir es una pérdida de tiempo o que es cosa de holgazanes”

 

Eso es el sueño científicamente explicado, pero hay también un gran abanico de posibilidades que según la persona así se manifiestan.

 

 

 

 

 

El mecanismo de la memoria en los sueños

Una de las características de los sueños es que rara vez, excepto en casos de problemas postraumáticos, reflejan una experiencia completa. Una idea, un objeto, una textura que hemos percibido durante el día, es lo que en realidad aparece mayormente en nuestros sueños.

Además, los bautizados por Freud como “residuos diurnos” ,los recuerdos que se nos quedan prendidos en la memoria durante el día, pueden aparecer 5 ó 7 días más tarde en nuestros sueños, según ha descubierto Nielsen, quien ha denominado estos recuerdos tardíos como “el efecto del intervalo de los sueños”.

Ellos piensan que este efecto del intervalo de los sueños refleja el funcionamiento hasta ahora oculto de la memoria: la reaparición de los recuerdos en nuestros sueños ocurre durante el proceso de almacenaje, cuando los recuerdos se trasladan de una región cerebral a otra antes de ser archivados permanentemente.

La memoria funciona por asociación de ideas, generalmente. Cuanto más esté relacionado un elemento con otros, más fácil será de recordar para nosotros. Las relaciones entre elementos que generan los sueños parecen absurdas desde el punto de vista de la vigilia. Pero la creatividad onírica las crea continuamente, y parece que de algún modo sean significativas.

 

 

 

 

 

Consideración del papel del hipocampo

El estudio de los sueños comienza por tanto a aparecer como uno de los métodos más prometedores en el conocimiento de los mecanismos de la memoria: las relaciones entre elementos durante el sueño puede dar muchas claves.

Debido a la dificultad en la observación de los sueños, los investigadores suelen utilizar métodos de estimulación antes del sueño, con películas o entornos virtuales; o la estimulación sensorial (con olores o colores), con el fin de “medir” de alguna manera el reflejo de dichas estimulaciones en los sueños: se ha podido comprobar que los sueños responden y se relacionan con ellas.

Parece entonces que entre los teóricos emerge cada vez más la convicción de que los cambios o las alteraciones en el hipocampo de nuestro cerebro contribuyen a formar el contenido de los sueños. Imágenes tomadas de la actividad cerebral durante el sueño apoyan esta especulación: la actividad del hipocampo aumenta durante la llamada fase REM (de movimiento ocular rápido) del sueño.

En esta fase del sueño se suceden los sueños más intensos. Existen muchas evidencias, derivadas del estudio de estas imágenes, que señalan el aumento de la actividad del hipocampo durante la fase REM del sueño. Sin embargo, esta actividad no se ha relacionado aún específicamente con la organización de la memoria mientras dormimos.
 

Existen varias teorías acerca de por qué dormimos. Algunos científicos afirman que los sueños responden al azar, y que no tienen una significación. Son debidos a la estructura del cerebro. Para Nielsen y su equipo, sin embargo, dicha estructura es importante, pero eso no implica que los sueños carezcan de sentido.

Según ellos, no son un producto inútil, únicamente derivado de nuestra actividad cerebral, sino que tienen que ver con la expresión de nuestro subconsciente. Esto se difiere del hecho de que los sueños parecen tener lugar en lugares espacialmente coherentes, en entornos en los que los soñadores interactúan perceptivamente, por ejemplo, orientándose, o buscando y asimilando información, tal y como hacemos despiertos. No parecen aleatorios. Asimismo, el individuo suele hallar información significativa y tener una sensación de reconocimiento dentro del entorno onírico.

La investigación en la fase del sueño de nuestra conciencia pudiera dar respuesta, no sólo a las razones sobre su origen, sino también a la forma en que los recuerdos autobiográficos se consolidan a lo largo del tiempo en nuestras mentes.

 

 

 

Hay neurólogos que  no sólo han identificado una región del cerebro implicada en los sueños, sino que han podido comprobar que dejar de soñar no afecta necesariamente a la salud. Hasta ahora se pensaba que la ausencia de sueños era un síntoma de enfermedad, pero esta investigación ha abierto nuevas pistas sobre la naturaleza de los sueños a través ensayos en personas con accidentes, traumas o fobias.

 

 
Tras los accidentes no recordaban haber soñado, pero al sanar, volvían a soñar y recordaban el sueño, por tanto no creo que esta teoría se a muy certera.

 

“Mientras dormimos es posible que nuestro cuerpo astral se desprenda del cuerpo físico y realicemos lo que se conoce como “viajes astrales” Cuando hacemos viajes astrales nuestro cuerpo astral querría que despertásemos con un claro recuerdo de todas estas experiencias, pero, el cuerpo físico no puede permitirlo, por lo cual hay un conflicto entre ambos cuerpos, y con frecuencia tenemos algunas imágenes asombrosamente deformadas, cosas que realmente no podrían suceder. Siempre que ocurre en el astral algo contrario a las leyes físicas del mundo físico, hay un conflicto, y entonces interviene la fantasía y tenemos pesadillas o las cosas más raras imaginables.

 

 

 

"¿Qué son los sueños? ¿Son manifestaciones, recuerdos, deseos o mensajes importantes del inconsciente? ¿Dónde se producen los sueños? ¿En los circuitos del cerebro o en algún compartimiento oculto de nuestro ser? ¿Por qué soñamos? ¿Para ordenar los pensamientos, para resolver problemas que no han sido formulados o para descubrir verdades esenciales sobre nosotros mismos? Todas estas preguntas han fascinado a la gente durante siglos. Aprender de nuestros sueños equivale a profundizar en el conocimiento sobre la relación entre la conciencia y el inconsciente."

 

 

 

Al igual que ocurre con las definiciones acerca de qué es un sueño, las clasificaciones basadas en los contenidos de un sueño son muy variadas. Éstas me parecen las más esclarecedoras:

 

- Sueño ordinario u etérico: Es el tipo de sueño cotidiano cargado con las cuestiones emocionales de la vida interior y exterior.

 

- Sueño de sabiduría o itérico: Es el tipo de sueño en el que el contenido, la simbología o las sensaciones nos revelan que hemos adquirido conocimiento de fuentes elevadas y que potencialmente tenemos oportunidad de aplicar este conocimiento en nuestra vida diurna.

 

- Sueños psíquicos: Despliegan el desarrollo de nuestras capacidades intuitivas implicando percepciones espontáneas en el tiempo y en el espacio que no pueden basarse en nuestro conocimiento exterior. Por ejemplo telepatía (conocimiento de hechos paralelos) o clarividencia (conocimiento de hechos que tienen lugar en el futuro).

 

- Sueños recurrentes: Los que aparecen varias veces tal cual o con ligeras variaciones. Han de ser considerados como sueños de importancia que reflejan pautas fundamentales en la psique del soñador, pautas que, de alguna manera, están “bloqueadas” y no pueden fluir o cambiar.

 

- Sueño predictivo: Es el que representa acontecimientos literales acerca del futuro.

 

- Sueño de prospectiva: Es aquel orientado al futuro, pero que sólo representa potencialidades o alternativas de acción.

 

- Sueño de confirmación: Es el que refleja significativamente un nuevo paso que hemos dado en nuestra vida y sentimos el aval de nuestra sabiduría interior.

 

- Sueños lúcidos: Describen el estado de sueño en el que experimentamos fuerza de voluntad y libre albedrío. El soñador comprende que está soñando, como si observara un sueño dentro de otro sueño.

 

- Sueño grandioso: Aquel que evoca un sentimiento especialmente poderoso y que contenga un simbolismo universal y trascendente. Nos produce respeto por su significado y nos proporcionan una dirección curativa en la vida. Suelen tener una cualidad sincrónica con aspectos del exterior.

 

- Sueño de la sombra: Es protagonizado por la sombra, o aspecto reprimido, en el que hacemos algo extraño o algo que no nos atreveríamos a hacer en la vida exterior. Nos sorprende por nuestra instinto, violencia o cualquier otra cuestión oculta.

 

- Pesadillas: Sueños de ansiedad extrema en los que aquello a lo que uno no se enfrenta concientemente surge con plena fuerza inconsciente creando miedo o una sensación de peligro de aniquilación o un miedo indeterminado.

 

Cómo recordar los sueños??

 

Es un hecho científicamente comprobado que todos soñamos, la cuestión no es pues si sueñas o no sueñas, sino cómo recordar o cómo mejorar el recuerdo de tus sueños.

 

A través de mi experiencia y de la ayuda de especialistas, he   podido constatar que la intención y el hábito de recordarlos hace que cada vez los sueños acudan a nuestra memoria más fácilmente y con mayores detalles. Las primeras ocasiones pueden ser sólo imágenes vagas, más adelante podrán ser escenas inconexas, luego escenas conectadas y eventualmente secuencias completas con lujo de detalles.

 

También es un hecho comprobado por nuestra experiencia personal que algunos lugares y situaciones son más propicios que otros para soñar vívidamente y recordar los sueños.

 

Tal como sucede con la agricultura, en los sueños hay temporadas buenas y temporadas bajas. A veces hay periodos particularmente pródigos en los que podemos llenar nuestros graneros para trabajar con ellos durante las épocas de "sequía onírica".

 

Aquí hay algunas recomendaciones útiles para mejorar tus recuerdos:

 

- Si te parece necesario, antes de dormirte, expresa tu intención de escribir tus sueños a la mañana siguiente. Puedes escribir tu intención en una pizarra imaginaria.

 

- Mantén junto a tu cama tu diario de sueños, un bolígrafo y una lámpara.

 

- Escribe todo lo que se te venga a la cabeza en cuanto despiertes, sea un sueño o no, ya que el hábito y la constancia harán que eventualmente los recuerdes.

 

- Trata de mantener un horario regular de sueño. O sea: dormirte y despertarte más o menos a la misma hora diariamente.

 

- No te despiertes con música o un despertador si eso altera tu conciencia.

 

- Comprométete contigo mismo a escribir todos los fragmentos del sueño y no sólo los sueños más vívidos.

 

- Al escribir los sueños, aumenta tu conciencia de los detalles.

 

 

 

- Procura escribir rápidamente, sin tratar de organizar primero o recordar todo el sueño.

 

- Acuérdate de escribir los sentimientos y actitudes de los sueños.

 

- No salgas de la cama ni pienses en actividades exteriores antes de escribir en tu diario de sueños.

 

- ¡Escribe todos tus sueños, incluyendo los peores! No somos seres buenos. Somos seres totales. El trabajo con sueños lo revela todo. Lo que más evitamos es aquello a lo que más necesitamos enfrentarnos.

 

- Mantén la armonía con tu compañero de cama, si lo tienes. Todo resulta más compatible si los dos llevan su propio diario de sueños. Y ninguno debe leer el diario del otro. Sería una  violación a los derechos individuales. Además uno carga con la responsabilidad de lo que lee.

 

¿Te sientes capaz de aceptar la responsabilidad de la psique de otra persona?

 

- Cuando estés escribiendo el sueño, ten en cuenta que es muy importante para los objetivos del Taller de Trabajo con Sueños, aunque a ti te parezca muy confuso o muy trivial. Derrota así cualquier actitud negativa.

 

- Trata de utilizar siempre el sueño de algún modo, para que merezca la pena recordarlos.

 

- Permítete fallar. La ansiedad impide el logro.

Después de esto, podríamos entrar en la interpretación de los sueños, pero eso creo que es muy personal, habrá quien crea y quien no, por tanto dejo el Tema en el aire, cada quien es muy libre y seguramente encuentra la respuesta en cualquier sitio.

 
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