PilarAlhambra - A MI HIJA

Escucha hija mía...Quiero hablar contigo a solas,

quiero saber del puerto supremo de tus ansias,
allí donde tú tienes, en mar alborotado,
mil barcos sin pilotos levantando ya sus anclas...
Vengo humilde y serena, despojada de toda queja,
sin siquiera la intrusa expresión de una lágrima.
En mis palabras blandas no traigo ni un reproche,
ni siquiera el mezquino interés de una causa.
Quiero tan sólo hablarte de cuando tú eras niña,
y escuchabas mis cuentos como verdad sagrada,
y buscabas mi rostro para prender tus besos,
colgándote a mi cuello como a tu gran esperanza...
Acepta mi presencia cual si fueras tú misma,
cual si fuera la sombra del más fiel camarada,
porque atado a tus pasos, sin sueño y sin cansancio,
por donde tu caminas hija mío...a la siga va mi alma...
Recuerdo aquel entonces......
¡¡ Qué fiestas de ilusiones!!...
Era un soñar constante sobre tu cuna blanca...
Y el milagro era tanto, que en noches de tormentas,
luego de ver tus ojos, tornábanse estrelladas.
No olvido aquel instante de tus primeros pasos,
supremo de inquietudes mis brazos fueron alas,
cubriéndote el camino para que no cayeras,
para que así, cumplieras en plenitud tu hazaña.
Luego volví a los tiempos más bellos de mi infancia,
y estudiamos muy juntas por las noches calladas....
¿Recuerdas la alegría de tus primeras sumas y la historia de España,
¡Soberbia Libertaria?...
Pero ha llegado el día de mi saber inútil,
en que resultan antiguas y torpes mis palabras,
en que mis alas rotas, por la vejez, cansadas,
de nada ya te sirven para alcanzar la cumbre.
Hoy son otras las voces que apresuran tu paso,
tu conciencia se puebla de figuras extrañas ;
Y de aquella alborada de niña venturosa,
la paz y la alegría parecen sepultadas.....
No obstante mi fracaso, quiero estar a tu lado ;
Que si llega una noche sin sus estrellas altas,
tengas mi luz, mi mano, el soplo de mi vida.
Hasta el instante mismo que recobres el alba.
Entre tanto amada hija, perdona mi sonrisa que sin que yo quisiera....
.me la empañó una lágrima