El cementerio de San José es lugar de muchas historias que un día fueron a parar allí. De quienes descansan eternamente dentro del recinto y de quienes lo han visitado alguna vez. Pero ninguna de las historias cuenta con un palacio en el mismo espacio. Pues allí, imponente, se levantó una bella construcción árabe de la que no todos saben.

Lo cierto es que toda Granada está salpicada por edificios que tienen un legado cultural anterior a la dominación cristiana. Pero el que hay en el cementerio es uno especial pues su belleza está datada solo por los libros de historia y los testimonios que han llegado a nuestros días. De hecho, aunque se construyó entre 1375 y 1395 para Mohammed V, la única imagen que se tiene de él es de casi un siglo después.

El 1 de julio de 1431, en una de las luchas entre árabes y cristianos en la vega de Granada, una pintura de la época logró plasmar la conocida como Batalla de la Higueruela en cuyo fondo de la imagen se puede apreciar a este palacio. Un palacio que recibió el nombre de Alixares.

Aunque se habla de su reconocible belleza, quizá su construcción no estuvo a la altura. Al igual que la Alhambra o el Alcázar del Genil sí han aguantado las embestidas del tiempo, el palacio de Alixares no puede decir lo mismo. Pues los fuertes terremotos del siglo XV acabaron derruyéndolo y diseminando sus estancias por todo el lugar que hoy ocupa el cementerio de San José.

Hace justo diez años que el camposanto granadino decidió recuperar parte de la esencia de este palacio recreando el huerto y hasta la alberca que tuvo según las huellas del tiempo. Así pues es fácil visitar el cementerio y al final de él poder ver parte de una construcción que vivió poco tiempo pero que fue testigo de una Granada esplendorosa.